La ciencia y tecnología han avanzado considerablemente, por lo que hoy en día hay diversos materiales de construcción para las familias y pymes, que son asequibles, fáciles de instalar y seguras. Las láminas de acrílico para techo son un excelente ejemplo y desde su aparición fueron ampliamente aceptadas, por lo que pueden observarse en todas las ciudades del país, tanto en residencias como instalaciones comerciales e industriales.
Si bien permite construir techos más eficaces, tiene alta competitividad frente a otros plásticos como el poliestireno y el policarbonato y destaca ante otros plásticos transparentes en cuanto transparencia y resistencia al rayado e intemperie, pueden dañarse si no se consideran medidas adecuadas.
Desde la formulación del ácido metacrílico en el siglo XIX han ocurrido notables avances, que han convertido al metacrilato en un material de calidad y útil para la industria constructora. El metacrilato, conocido también como PMMA, es uno de los plásticos de ingeniería más populares y suele presentarse en dos versiones para su procesamiento: gránulos y placas. Las últimas se consiguen mediante la polimerización del metacrilato de metilo y a partir de ellas se diseñan las láminas mediante mecanizado o termoformado.
El material base es usado especialmente para la fabricación de láminas de acrílico para techo, que se recomienda para aplicaciones donde la ligereza se requiera y en entornos con condiciones climáticas adversas. Son convenientes para instalaciones donde se desee aumentar la eficiencia energética y disminuir el uso de las luminarias, ya que permite el ingreso de la luz del sol, además, protege contra los rayos ultravioleta que pueden causar daños en equipos y mobiliarios o molestias en los residentes.
Algunos las confrontan con el vidrio, que también es ampliamente usado para cubiertas, sin embargo, presentan una resistencia 20 veces mayor, lo que evita siniestros y soporta ante sismos. Las láminas acrílicas presentan una gran variedad de usos, comúnmente para techos en:
La durabilidad, resistencia y larga vida útil de las láminas de acrílico para techo las han popularizado en el mundo de la construcción, sin embargo, sus propiedades pueden resultar afectadas si no reciben atenciones periódicas como lavado, desmanchado, pulido y aplicación de líquido antiestático, que detallaremos a continuación.
Pueden lavarse fácilmente con una solución de detergente suave, por ejemplo, jabón líquido para trastes, diluido con agua abundante. No necesitan equipo especial, únicamente sus manos y una franela libre de pelusa y polvo. Las costras de lodo o suciedad adheridas en la superficie deben retirarse con la mano y la aplicación del agua y el lavado se realiza con la franela. Eviten el uso de trapos ásperos o duros, ya que pueden causar raspaduras. El secado debe realizarse con otro paño ligeramente húmedo para que sea rápido.
Si el lavado se realizará en interiores y el uso de agua está limitado tienen que sacudir la lámina de forma suave con una franela mojada y sin asperezas. Tras la limpieza apliquen agua con la franela. Cabe agregar la importancia de mantener el paño sin polvo y enjuagarlo constantemente con agua limpia.
Las manchas de grasa y aceite en láminas de PMMA son un problema común en pequeñas bodegas y naves industriales, sin embargo, pueden eliminarse con nafta alifático y keroseno no aromatizados. Es importante que eviten el uso de solventes como tíneres, líquido para lavado en seco o de extinguidor, benceno, acetona o tetracloruro de carbón, ya que dañan las superficies de las láminas. Tampoco utilicen limpiadores abrasivos para cocinas o spray limpiador de ventanas.
Si las láminas son salpicadas con pintura líquida o rociadas con pintura en aerosol, lo recomendable es aplicar alcohol isopropílico. Otra opción es remojar la zona afectada en una solución de agua con sosa o trisodio cáustico entre 10 y 20%. Es importante que sean cuidadosos, ya que estos productos atacan rápidamente la piel. Asegúrense que sus manos estén protegidas durante su aplicación, por ejemplo, con guantes de hule.
La sosa cáustica puede también causar daños permanentes en los ojos si tienen contacto con ellos, por lo que también deben usar gafas protectoras. En caso de que el contacto ocurra, deben lavar sus ojos de inmediato y acudir con un médico.
Tras la limpieza y eliminación de polvo y manchas de aceite tienen que revisar si la lámina acrílica posee raspaduras. Si no detectan rayones mayores lo recomendable es aplicar sobre ella cera comercial de calidad. Tiene que aplicarse en una película delgada y regular. Para sacarle brillo deben frotar suavemente con un paño seco y sin asperezas.
Eviten frotar demasiado para no rayar la superficie y no generar cargas electrostáticas que atraigan el polvo y partículas hacia ella. Si por error se acumularon cargas pueden eliminarlas y retirar el polvo a la vez con un trapo limpio y húmedo. La forma correcta de hacerlo es con palmadas ligeras en la superficie o pasándolo de manera delicada.
La aplicación de líquido antiestático es importante, ya que previene durante meses y de manera efectiva la acumulación de la carga electrostática en láminas utilizadas en instalaciones interiores. El líquido es suficiente para asegurar el excelente aspecto de la lámina y lo único que deben hacer entre aplicaciones es sacudir delicadamente su superficie con una manta.
Si siguen estos consejos podrán mantener las excelentes propiedades de las láminas de acrílico, entre las que destacan:
Es importante también que adquieran láminas de calidad para facilitar los cuidados y asegurar sus propiedades con una firma confiable y reconocida como Soliacero. Ofrecemos soluciones acordes a sus medidas y láminas acrílicas variadas como poliacryk, acrilyt G-10, Resolite y policarbonato celular (makrolon). Para más información sobre estos u otros productos, como la lámina acanalada, visítenos en www.soliacero.com.mx o marquen al (595) 688 5470.