Una de las razones por las que los materiales de acero para la construcción (como el canalón o los perfiles estructurales) son tan resistentes y tienen una larga vida útil es el proceso de galvanizado por inmersión en caliente. Consiste en un tratamiento básico para los productos Ternium y está basado en zinc que proporciona una cubierta especial para que soporten las condiciones ambientales.
El galvanizado consiste en una técnica usada de forma estándar en materiales de construcción de acero (como el canalón fabricado con láminas ternium) que se utiliza desde hace más de dos siglos para aumentar su resistencia a la corrosión. Esta última es un fenómeno típico en los metales que se presenta al exponerlos a la humedad y el aire y hace que retornen a su forma terrenal y mineral. Se trata de una reacción electroquímica que ocurre ante ciertos entornos.
El proceso conlleva la inmersión de las láminas metálicas con las que se fabricarán las piezas para la construcción (como la lámina acanalada galvanizada) en zinc fundido. El revestimiento obtenido proporciona mayor resistencia a la corrosión y aumenta su resistencia mecánica ante agentes abrasivos e impactos.
Muchas personas confunden el zincado con el galvanizado usado para la fabricación de la lámina acanalada e, incluso, hay fuentes que los usan ambos términos como si fuesen intercambiables, no obstante, se trata de diferentes técnicas aplicadas a las láminas según su uso:
Algunas personas le llaman erróneamente «galvanización en frío» y es un proceso similar al cromado del metal. Consiste en la aplicación de resinas y un revestimiento de zinc en la superficie de las piezas de acero, ya sea con brocha, rodillo o pistola para pintura. A diferencia del galvanizado mediante inmersión en caliente, tiene menor vida útil y resistencia a la abrasión.
Igualmente, la pintura de zinc ofrece menor protección catódica que el galvanizado, debido a que cuenta con aglutinantes y otros ingredientes que reducen las conexiones de las partículas de zinc. La forma en que puede ofrecer una resistencia a la corrosión similar a la galvanización es que el recubrimiento seco cuente con al menos 95% de zinc. A ello se añade la capacidad de conducir la electricidad para proteger catódicamente al acero. Pese a ello, no es válido clasificar el zincado como una protección galvánica, ya que no cumple los requisitos de la ISO 8501.1.
Hay varias formas de aplicar el galvanizado a las láminas para garantizar la efectividad de las aplicaciones del arcotecho y otros materiales de construcción basadas en ella, por ejemplo, al fuego o por inmersión en caliente. Aquí hablaremos del segundo método. Se trata de sumergir las piezas de acero en un baño de zinc fundido. Se trata de un proceso sencillo y es la opción más ventajosa en comparación con otras técnicas anti corrosión. Su regulación se realiza por la norma internacional ISO 1461 y, para garantizar una aplicación superficial efectiva, es importante que el zinc esté a una temperatura de 450 °C.
Con respecto al proceso, se aplican los siguientes pasos:
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